Volver

STREET ART-GRAFFITI

STREET ART-GRAFFITI

Siempre he pensado que las reglas que más fuerza tienen no están escritas. Son aquellas que te dicta tu conciencia, aunque no sepas quién las metió ahí. Hay otras que, sin embargo, no tienen nada que ver contigo y te son dictadas desde el exterior. A veces ocurre que ambas opciones entran en conflicto y es entonces cuando surge el dilema. Puedes ser valiente y actuar de forma coherente a tu forma de pensar, o hacer lo que los demás te dicen que debes hacer.
La primera opción es la difícil.
Con 13 años, JEOSM (Madrid, 1982) aprovechaba los últimos espacios sin exponer de los carretes de la cámara familiar para tomar fotos recordatorio de cómo sus amigos pintaban en las paredes, y de cómo su nombre empezaba a hacerse visible en el barrio de Villaverde, donde vivía. Hoy, 20 años después, si compras ‘Guerreros Urbanos’, o alguno de sus fotolibros anteriores, el nombre de JEOSM, además de estar en túneles y paredes, pasará a estar también en tu estantería. Algo totalmente coherente con el ‘Getting Up’ (‘Hacerse ver’) del Graffiti: colocar tu nombre allí donde más se vea.
JEOSM es un individuo valiente. Un guerrero que un día decidió dejar de ser anónimo para luchar por sus valores y llevarlos hasta el final, tanto en su vida personal como en la profesional, como fotógrafo. Todo esto, que así escrito podría ser la premisa de una epopeya griega con héroes que luchan contra su destino, es en cambio algo muy REAL: “El concepto de autenticidad, de “ser Real”, es importante en mi discurso fotográfico. Es importante en mi vida y en mi persona, en mi forma de actuar día a día. Y cuando trabajo en un proyecto de foto intento que desde la motivación inicial hasta las personas que retrato, sean gente de verdad, auténticos, sin hipocresía.”
Su primer libro se tituló precisamente ‘Realidad’ (Autoedición, 2010). Se trata de un libro de retrato de artistas y personajes del underground cultural de principios de siglo; una familia de la que JEOSM también formó parte y que incluye algunos nombres que hoy son más que conocidos. “En la juventud quieres demostrar que eres capaz de desarrollar diferentes técnicas. Estaba influido por los retratos de clásicos como Avedon, Erwitt o Maplethorpe. Pero también, lógicamente, Trillo, Alix o Isabel Muñoz. Cuando sales de una escuela de foto de barrio, es muy difícil hacer retratos del mundo underground sin que tu trabajo se influencie por el de Alix. Yo intenté parecerme a lo que hizo él, pero 20 años después; fue una gran influencia en ese libro.”
Con este trabajo basado en el retrato, JEOSM sentó las bases de sus primeros años como fotógrafo. Retratos sinceros, con individuos que luchan por extirpar la falsedad de sus vidas, aquellos que se merecen una muestra de respeto por el esfuerzo personal, físico e intelectual que conlleva ser fiel a uno mismo, caiga quien caiga. “Normalmente trabajo con personas a las que respeto y de las que puedo aprender. No me interesan las imágenes en las que hay desconocidos, gente anónima. Retrato a personas que son importantes para mí, porque merecen un respeto por la forma en que viven y cómo tratan a los demás. Son representantes de pequeñas sociedades y culturas al margen de lo establecido. Nunca se cuenta con ellos, es como si no existieran, y cuando se los nombra es para retratarlos con un cariz negativo.”
Como muestra de este interés, JEOSM comenzó su proyecto ‘SOLDIERS’. En este caso, un “work in progress” de retratos de miembros de “bandas urbanas”. Recuerda lo importante que es para él que estas personas lo sean de verdad: “Yo conozco a mucha gente tatuada, así, macarra, de este rollo, que puede poner cara de chungo, y me podría “sacar” el proyecto mañana mismo, pero hacer eso no me parece coherente y por eso aún no lo he acabado”.
El resultado de esta primera línea de trabajo le sirvió para abrirse paso dentro del mundo del encargo como retratista, llegando a fotografiar a futbolistas de renombre mundial, músicos, escritores y personajes de la cultura. “Mi carrera fotográfica venía condicionada por mi trabajo de estudio, el retrato y la foto publicitaria. Ahí el trabajo está controlado y suele haber situaciones en las que tengas que tomar una decisión en un instante si no quieres perderte la imagen que buscabas. Todo esta experiencia la aplico a mi trabajo personal”
Es por eso que su siguiente proyecto busca llevar su mirada fotográfica al límite. ‘Sacrificio’ (Autoedición, 2015) es un libro que aúna retrato y contexto de la escena de Artes Marciales Mixtas (MMA) en España. “No podíamos ver caras machacadas y desfiguradas, gestos tan fuertes, y no ver el origen de ello, el porqué de tener una cara o un cuerpo así. Para mí fue también un reto personal. Quería meterme en este mundo e intentar fotografiar a unos tíos que se están golpeando a velocidad sobrehumana y llegar a captar ese momento justo en el que se produce el contacto.”
Si pensamos cuáles son las líneas comunes de estos trabajos, vemos que aparte de esa búsqueda de la autenticidad vital, el trabajo personal de JEOSM está marcado por un contraste básico. “Mi trabajo personal es en blanco y negro. El color viene implícito en los trabajos de encargo, en los que me especifican un tipo de color y de edición concreta, y creo que por eso reacciono en mi trabajo personal pasando al blanco y negro. Me transmite más que una foto con color. También por influencia de los clásicos como Avedon. Una buena foto siempre la concibo en el blanco y negro como Baylón, de Madoz o de Isabel Muñoz. El color es un factor que cada artista elige para desarrollar su lenguaje y mis colores son estos dos».
Y tan sólo un año después de este libro, el 19 de mayo de 2016 sale a la luz el libro que va a colocar su nombre en las estanterías de todos los aficionados a la buena fotografía: ‘Guerreros Urbanos’ (La Fábrica-Alfaguara, 2016). Un libro que cierra ese círculo que comenzó hace 20 años cuando JEOSM escribió su nombre por primera vez en una pared.
JEOSM se vale de su experiencia en el mundo del graffiti para usar la fotografía con el fin de hablar de nuevo de códigos humanos de comportamiento, de honor, respeto, sacrificio y realidad. “Los túneles son nuestro entorno natural. Nosotros estamos más tranquilos en los túneles que en la calle. Somos de barrios en los que puede resultar más peligroso estar por las noches fuera de las vías que en ellas. En las vías sólo nos vamos a encontrar con más gente de graffiti o con policías, trabajadores o seguridad, y en ambos casos sabemos cómo reaccionar. Para nosotros es una zona de confort».
‘Guerreros Urbanos’ está concebido como un libro de procesos, de actos, de miradas y de complicidades. “No quería hacer el típico libro de graffiti con fotos de piezas o de gente pintando piezas. Para ser honesto conmigo mismo tenía que hacer algo diferente. Por eso decidí que debía centrarme en los procesos muchas veces previos y posteriores al uso de los aerosoles. Para mí, la esencia del graffiti es el proceso o el acto, no el resultado, igual que con la fotografía. Lo importante es estar allí para hacer la foto. Lo que venga después ya no tiene magia, se trata sólo de técnica. Es el condicionamiento del entorno, del momento y el lugar, de las personas que están siendo captadas. Y eso es lo que te define a ti, ése eres tú. Cómo tomas una foto, es lo que define tu estilo, tu visión, tu mirada.”
El germen de ‘Guerreros Urbanos’ es un reportaje promocional de 2013 que se publica en el suplemento XL Semanal con textos de Arturo Pérez-Reverte y fotos de JEOSM. Es entonces cuando el escritor propone a JEOSM que continúe haciendo fotos para posteriormente publicarlas en un libro que llevaría también los textos del escritor. “Lo bonito de esto es que es un proyecto de amigos. Suena raro hasta para mí, pero así es. Es la verdad. Mi relación con Reverte nació con su libro ‘El francotirador paciente’. De entre muchos “escritores” a los que preguntó, él se interesó por mí. Yo no hablaba de mi mismo, sino de la escena en general. Y eso le hizo pensar que yo era la persona ideal para ayudarle. Se puso en contacto conmigo para pasarme el borrador de su libro para que le echara un vistazo e hiciera una “corrección” de textos. Le ayudé con el tema del argot, de las localizaciones y a adaptar su discurso al mundo del graffiti. El trato al que llegué con él fue que se harían cambios necesarios bajo mi punto de vista, ya que el graffiti es algo que me toca muy de cerca y todo lo que allí quedara debía ser real. Preferí no ganar dinero y ser honesto. Porque cuando hay pasta de por medio, las cosas se pervierten, y de alguna manera te condicionan.”
La conexión entre el escritor de graffiti y el escritor literario fue inmediata. “A pesar del salto generacional, social y cultural, Reverte conecta mucho con el mundo del graffiti, comparte de forma natural en su manera de vivir los códigos esenciales del graffiti: la honestidad, el cuidado de los amigos, cumplir la palabra dada y el sentido del honor.”
Y es que no es extraño que para un ex-reportero de guerra, el graffiti “trenero” y de calle le estremezca. “A Arturo, creo que la forma en que nos movemos en el mundo nocturno del graffiti le ha removido mucho. Le ha recordado a cuando era reportero en conflictos bélicos. Él ha vivido algo parecido a lo que nosotros vivimos normalmente durante esas incursiones nocturnas, esperando a que sea el momento de actuar o incluso de huir. Entiende cómo nos cuidamos, cómo nos respetamos y que nuestros códigos son los mismos que tienen los compañeros en la batalla. Cuidar que salgan todos, que entren todos. La familia. Que todo salga bien. Nosotros realizamos incursiones en toda regla. Es el mismo concepto que en la guerra, evidentemente salvando las distancias, pero con otro fin.”
Lógicamente no se debe frivolizar sobre la guerra cuando estamos hablando de usar la ciudad como un lugar de acción y no un lugar en conflicto bélico armado. Sin embargo, cabe precisar que en el caso del graffiti, la lucha no es, en contra de lo que la mayoría piensa, contra las fuerzas del orden. “La “guerra” es en realidad entre la gente del graffiti. Se trata de llegar antes que los otros grupos, y que los otros digan: “Mira a este hijoputa ya ha estado aquí”. Hay como niveles, por decirlo de alguna manera coloquial. Los que pintan trenes y hacen bombing, obtienen más respeto porque “se la juegan” al máximo. Luego existe también la posibilidad de pintar paredes o sitios más tranquilos. El máximo respeto se lo ganan los que son capaces de hacerlo todo, y mucho.” Los guardias de seguridad y la policía, en este caso, no son más que otro escollo que evitar en esa competición entre los diferentes grupos o “crews” de graffiti.
Tras el empujón de Perez-Reverte, JEOSM se puso manos a la cámara y, aunque siempre había tomado fotos en sus incursiones nocturnas, ahora lo hacía con un nuevo concepto. Sale a pintar al menos cuatro veces al mes, como siempre, pero también sale a hacer fotos para su nuevo libro. ‘Guerreros Urbanos’ incluye sólo acciones llevadas a cabo durante los 4/5 últimos años, y con la idea clara de que el resultado va a ser llevado a un libro. En varias ciudades de Europa. Y lo bueno es que es un trabajo 100% de verdad. «Yo estoy en el túnel, con ellos. Les acompaño en todo momento, colaboro como he hecho desde hace 20 años. Es un punto de vista sincero y veraz, de los que de verdad han estado allí. Y es el momento adecuado, lo concibo como un gran homenaje a todos estos escritores”.
De nuevo la palabra “REAL” es la base del trabajo de JEOSM. “Lo que hay en mi libro es pura realidad. Tuve un debate interno, por si se debía incluir una foto en la que aparece una frase que dice “Maderos Muertos”. Es la puta realidad. Eso es lo que hay en los túneles. Es como el ‘Welcome to hell’ que Gervasio Sánchez encontró en Sarajevo. También hay frases como “grafiteros moriros todos” y mensaje de ese tipo, eso es lo que hay en los túneles. Hay ratas también, pero se mueven tan rápido que no salen en la foto.”
La vida del graffiti es difícil de dejar. JEOSM confiesa que colgaría antes la cámara que dejar el olor del aerosol, pero aún le quedan muchas fotos por tomar y muchos muros por pintar.
“Yo no concibo mis proyectos personales pensando que sean comerciales. La REALIDAD que destilan es precisamente contraproducente. De hecho cuando empezamos el proyecto me preguntaban por qué no hay color en mis fotos si el graffiti es puro color. Quiero que la fuerza de las imágenes no se pierda en el color. Si hiciera un catálogo de artistas urbanos famosos en color, seguramente vendería más, pero me da igual. Yo concibo mi trayectoria como una carrera de fondo. Con esto quiero decir que igual no llego a poder vivir de esto, como me gustaría, pero cuando mire hacia atrás quiero saber que he hecho lo que debía hacer en cada momento. Por eso he hecho un libro de “lobos solitarios” pintando por la noche, saltando vayas, colándose en cocheras de metro, y moviéndose por las vías y la ciudad con total normalidad. Sé que eso mucha gente no lo quiere ver. Pero eso es la REALIDAD. Es mi forma de satisfacer mi necesidad de veracidad.”
Se trata por tanto de un trabajo valiente, pero no sólo por parte de JEOSM, sino de todos los componentes del equipo editorial. “Para mí trabajar con dos editoriales de este nivel (La Fábrica y Alfaguara) es una gran oportunidad. En concreto por La Fábrica, no solo por la calidad de otros fotógrafos que han trabajado anteriormente con ellos, sino por el aprendizaje que ha supuesto para mí dar un paso tan importante en la profesionalización de mi trabajo. Son procesos nuevos que antes yo hacía por mí mismo y en soledad, con todo lo que eso conlleva. Desde tener un coordinador del libro (Domenico Chiappe), como un gran diseñador (Ricardo Feriche), ha sido un proceso muy bonito”.
“He tenido la suerte de hacer la edición gráfica con Chema Conesa, para mí el “capo” del retrato en España. Chema tiene un lenguaje brutal, ve las fotos y en un instante te ayuda a narrar la historia y a crear un universo alucinante. Pero eso sí, me han dado total libertad para decidir. Nada que yo haya querido incluir se ha quedado fuera y han mantenido un respeto absoluto por mi trabajo. Con Alfaguara ha sido igual, un gran respeto hacía mi trabajo, y un honor poder contar con un gran equipo de profesionales dedicados a que salga un gran libro.”
El otro pilar del libro es la tarea de impresión, ya que las fotos se han tomado en condiciones límite y además la estética que persigue JEOSM en sus fotos no es nada fácil de llevar al papel. Se trata, no lo olvidemos, de fotos tomadas con cámara semicompacta. “La herramienta debía de ser una máquina pequeña, discreta, cómoda y que diese cierta calidad” Por varias razones, además, no cabía el uso del flash. La primera no llamar la atención. La segunda, y más importante para JEOSM, la de no desvirtuar la veracidad de la escena y las acciones de los escritores: “No tiene sentido meter un flash de relleno. Estaría ganando nivel de nitidez, pero perdería todo el discurso. Tenían que ser fotos de verdad, de noche, rápidas, por eso tenían que ser fotos de guerrilla, son fotos con mucho grano, con mucho negro, con mucho movimiento, trepidadas algunas y con encuadres forzados. Fotos sucias tomadas en entornos que no son bonitos ni agradables.”
Y finalmente, la impresión. “Llevaba años intentado trabajar con Brizzolis y nunca había podido por motivos de presupuesto, pero han sido ellos los que han hecho posible que estas fotos hechas con cámara semicompacta y entre 1.600 y 3.200 ASA puedan llegar a tener la estética que yo buscaba. Lo han tratado con un mimo impresionante. Tirando pliegos, ajustando las máquinas al más mínimo detalle. Lo han conseguido con un resultado excelente. Entendieron a la primera lo que buscaba y lo supieron hacer. Que se vea el detalle en una masa negra es muy jodido.”

‘Guerreros Urbanos’ es la última aventura en papel de JEOSM. Se trata de una batalla más que este artista le ha declarado a la hipocresía que mina nuestra sociedad.

CLAVOARDIENDO MAGAZINE
JUEVES 29 DE JULIO DE 2021. 16-5-2016

error: Contenido protegido. jeosm.com