PERIODISMO Y COMUNICACIÓN

Jeosm, artista y pistolero

No practica el regalo Jeosm, sino el robo.

Jeosm es la rubrica barrial y salvaje de un fotógrafo que yo diría que carga revólver, y no cámara, porque si dispara se cobra un una rara suerte de homicidio, que es el retrato vivísimo, crudo, bárbaro y en blanco y negro del personaje escogido.

Si Jeosm te hace una foto, te han dado un premio o te han dado un disgusto, porque sé de famosos, o ilustres, cuyo retrato de Jeosm les ha complacido poco o nada. Así tiene que ser.

El hace el retrato, su retrato, y luego el protagonista ya acabará pareciéndose.

Jeosm no hace postales para embeleso del protagonista sino espejos de aguafuerte donde a ese personaje le ha birlado su ánimo de naufragante, su espíritu de huérfano, su ocultismo de gánster o vagabundo.

No practica el regalo Jeosm, sino el robo. Como el poeta que, si lo es, cuida ante el lenguaje, ante la vida, a un ladrón de fuego.

En un par de balazos de dos fotos, porque él prepara sesiones rápidas como delitos, Jeosm acaba destapando algún yo que igual ni el fotografiado sospechaba, aunque los fotografiados de Jeosm son gentío que suele tener sospechado el misterio estupefaciente de la existencia: un hombre es una asamblea. Y la asamblea se concreta ahora, con muchos hombres, y mujeres, que son ellos mismos y son otros, en un libro insólito, riquísimo, feroz y rotundo, “No soy uno de los vuestros», entre la artesanía de selva y el santoral urbano.

Lo edita, con el primor acostumbrado, Círculo de tiza, y ahí se compone un álbum donde van y vienen Pérez Reverte, Javier Marías, Ray Loriga, Manuel Jabois, Antonio Esco-hotado… y así hasta más de cien nombres descollantes de la literatura española en curso, para los que otros cien nombres han aportado, además, un desovillado soneto en prosa, o algo similar, donde se completa, o desdice, según, la baraja monumental de retratos de Jeosm, que siempre lleva la elocuencia en blanco y negro de los maestros sólidos.

Diré, por elogiar todavía más de cerca este libro, que hubiera querido estar ahí, pero mis pluriempleos intratables me dejaron lejos un cita con Jeosm, a que me fusilara en condiciones.

El no es uno de los nuestros, pero sí. Aunque me gusta el desafío del título, tan suyo, tan vestido como el propio Jeosm, con todos los tonos del negro.

Ángel Antonio Herrera